Arte de enseñar, arte de contar. En torno al "exemplum" medieval

International audienceComo expone el prologuista del Calila e Dimna, la meta del filósofo no sólo es alcanzar la sabiduría, sino también transmitirla eficazmente, esto es, saber representarla y «escenificarla». La motivación pedagógica es indisociable de la estrictamente filosófica: el saber sin la pedagogía no es nada. A esta doble preocupación obedece el exemplum, género ampliamente difundido en la tradición hispánica medieval. Las implicaciones que reviste el exemplum medieval son múltiples:— implicaciones literarias, pues a él se remontan, en tanto que forma narrativa nacida de la novelización de una sentencia, una máxima o una regla de conducta, los orígenes mismos del cuento hispánico; — implicaciones pedagógicas, pues además de utilizarse en las aulas como base de diversos trabajos prácticos para la enseñanza de la gramática —arte del trivium— como se habían utilizado ya, en la antigüedad romana, en las escuelas de retórica, el género ejemplar no sólo supone una aptitud «pedagógica» por parte de quien cifra el saber, sino también una competencia «exegética» por parte de quien debe descifrarlo, pues las «palabras apuestas» de los apólogos encierran siempre, como explica Ibn al-Muqaffa’, un «seso encobierto»; — implicaciones ideológicas, en tanto que estrategia didáctica y / o adoctrinadora al servicio de la persuasión (pero también en tanto que instrumento de la manipulación), como ponen de manifiesto la utilización masiva, a partir del siglo XIII y fruto de la modernización del discurso homilético impulsada por el IV Concilio de Letrán, de exempla, fábulas y apólogos en la predicación religiosa y la proliferación hasta el siglo XV de ejemplarios sistematizados de anécdotas, hechos y relatos (Libro de los gatos, Libro de los ejemplos por a.b.c., Espéculo de los legos); — y, por supuesto, implicaciones psicológicas, por cuanto el exemplum, que no es retóricamente hablando sino una etapa de la argumentación, instaura un razonamiento de tipo analógico e inferencial que, llevado hasta sus últimas consecuencias, puede generar, por deducción o por inducción, lecturas subversivas —pues no es lo mismo predicar valiéndose de ejemplos que predicar con el ejemplo— y conducir a una moral tan problemática y ambigua como la que ofrecen los dos paradigmas de la literatura sapiencial hispano-oriental del siglo XIII traducidos al castellano a instancias, respectivamente, de los infantes Alfonso y Fadrique, el Calila e Dimna y el Sendebar, destinados ambos a la educación de príncipes y gobernantes, pero considerados en la corte alfonsí como verdaderos compendios de sabiduría.Partiendo de presupuestos semióticos, ideológicos y retóricos, se intentará revelar la especificidad de un arte en el que hablar y fabular, contar y enseñar, persuadir e inventar se interfieren constantemente para confundirse en un mismo y singular acto de habla